Hoy queremos hablaros acerca de las diferentes preparaciones de una de las bebidas más populares en todo el mundo: el café.
No hay evento que se le resista, sobre todo en nuestro país, dado que después de degustar una propuesta gastronómica, siempre será una buena opción para finalizarla o incluso para dar paso a cualquier evento posterior.
Son varios los orígenes que se le atribuyen a esta bebida, aunque Etiopía es la opción que suena con mayor fuerza. Se dice que fueron los habitantes de una pequeña región, quienes descubrieron los granos de la planta de café y su efecto energizante y estimulante en nuestro organismo.
Nuestra sociedad está en continua evolución, nos gusta experimentar, ir en búsqueda de cosas nuevas, y todo ello se transmite también en la gastronomía y en cualquier detalle que tenga que ver con ella.
Así, el café no podía ser una excepción. Siempre en la búsqueda de nuevas formas de prepararlo y de presentarlo, su carácter amargo e intenso conquista cada vez más, los paladares de quienes lo degustan.
Y dado que es tan importante la preparación, como la calidad, el origen y otras notas degustativas del café, veamos las diferentes elaboraciones y sus características.
- Café expreso o café solo: De aproximadamente 30 ml, potenciando así el sabor intenso y aroma del grano, se prepara en pocos segundos con una cafetera expreso o bien con agua hirviendo. Es la base de muchas preparaciones que veremos a continuación. Encontraremos variantes como el café corto o ristretto, de 15 ml o el café expreso doble, más contundente por la doble cantidad de cafeína.
- Café cortado: Con base de café expreso, simplemente añadimos un poco de leche, ya sea fría o caliente, o incluso espuma de leche. Podríamos considerar también el café machiatto, el cual se caracteriza por estar un poco manchado por leche vaporizada, haciéndolo más espumoso.
- Café Americano: Una preparación totalmente anglosajona, dado que se elabora con una dosis de café, pero con mucha más agua. Así, el sabor es mucho más suave y dulce, dado que le quitamos gran parte del amargor.
- Carajillo: Muy típico en nuestro país, añadiendo un poco de brandy, orujo o whisky a la dosis de café expreso. En el caso de añadirle brandy y ralladura de limón, lo llamaríamos café brulé.
- Café con leche: Del mismo modo que en el caso del café cortado, pero añadiendo mayor cantidad de leche que en el caso anterior. Normalmente se prepara en una cantidad aproximada de 200ml.
- Capuchino: Siendo una elaboración muy popular, es muy parecido al café con leche, pero con la diferencia de que tiene simplemente un tercio de café, siendo el resto leche espumada. Finalmente, se le da un toque de cacao o incluso canela en polvo espolvoreado por encima.
- Café bombón: Una preparación para los más golosos, dado que en vez de añadir leche añadiremos leche condensada, ya sea en medida de café cortado o café con leche.
- Mocca: Su elaboración es parecida a la del capuchino, pero añadiendo al final una capa de sirope de chocolate.
- Café Irlandés: Este tipo de café se suele servir en una copa de cóctel y se elabora con una dosis doble de café expreso, whisky irlandés y una capa de nata.
- Café vienés: En este caso, mezclaremos una dosis de café expreso o bien dos, con una cantidad inferior de crema o nata montada.
- Frappé: Hablamos de una bebida servida en frío, con una mezcla de café instantáneo molido, hielo y crema de leche o nata.
- Azteca: Se acerca mucho a lo que sería un postre, dado que se sirve en frío una mezcla se café, hielo, leche y una o varias bolas de helado, generalmente de chocolate.
- Hawaiano: Un café con notas evidentemente tropicales. Una elaboración parecida al capuchino, pero substituyendo la leche por leche de coco.
Éstas y muchas otras preparaciones más, combinan el café con otros ingredientes para dar toques distintos a la bebida y poder ofrecer un resultado diferente e idóneo para cada ocasión.