El auge de las redes sociales y de la utilización de éstas, ha tenido muchísimos efectos en todos los sectores de producto o servicios, y no podía ser menos en el nuestro.

La tendencia, o muchas veces la necesidad, de compartir todas aquellas experiencias que vamos viviendo: un paseo por la playa, un estado de ánimo, una canción que nos viene a la cabeza, una sorpresa, una noticia, unas vacaciones o detalles más concretos como el color de algo que nos llama la atención, nuestro rostro al levantarnos o algo mucho más relacionado con nuestro sector como compartir un plato que llama la atención.
Así, centrándonos en lo último mencionado, llegamos a los foodies. Cuando hablamos de ellos nos referimos a personas con gran afición a la comida o bebida, de manera que les encanta comer y beber bien, probar nuevos sabores, experimentar nuevas maneras de degustar un plato o incluso disfrutar de presentaciones diferentes e innovadoras, pero sin llegar a lo gourmet. Van en busca de lo nuevo y diferente pero también de lo tradicional, o incluso de lo casero.
No son expertos gastrónomos, pero son personas que disfrutan de la experiencia, que al mismo tiempo les apasiona.
Así, todos habremos visto alguna vez imágenes en las redes, de platos que van a ser degustados por quienes las muestran. Imágenes con la intención de compartir su pasión y de provocar en los seguidores ese impulso al like o incluso al comentario.
Pues bien, este simple hecho hace que se focalice mucho más que antes en las presentaciones de los platos. Ahora la imaginación juega un papel importante en la propia elaboración del plato.
Y es por ello, entre otras cosas, que nuestro equipo de cocina trabaja a diario para poder encontrar nuevas formas de atraer la atención del comensal. Explosiones de colores, formas divertidas de presentar una propuesta o incluso maneras diferentes de volver a lo tradicional en el proceso de degustación de un plato o un aperitivo.
Pero todo ello sin descuidar un ápice la gastronomía, la calidad del producto y por supuesto la elaboración y el tratamiento de éste. Todo es importante y todo suma para que el comensal quede atrapado por la explosión de sabores, pero también para que reciba un impacto visual y olfativo que acompañe la propia degustación.